La histórica empresa Marechiare, reconocida por su producción de conservas de pescado en Mar del Plata, cerró sus instalaciones tras más de 50 años de actividad. La decisión se da en un contexto de crisis en el sector, afectado por el ingreso de productos importados, la caída del consumo y el aumento de los costos locales. Mientras tanto, en San Antonio Oeste (Río Negro), la planta Río Salado también cesó sus operaciones, dejando a 90 empleados en situación de incertidumbre.
La Plata, 24 Abr (Por InfoGEI).-Desde la compañía explicaron que fabricar una lata de caballa de 180 gramos implica un costo de $1800 más IVA, mientras que en el mercado se vende por debajo de los $1400. Además, el mismo producto se puede importar a menos de un dólar, lo que genera una competencia desleal para la industria nacional. “La ecuación económica es insostenible”, afirmó Federico Angeleri, directivo del grupo, quien además señaló que el marco laboral actual resulta obsoleto para enfrentar la situación.
Según reporta Infogremiales, el cierre de Marechiare se enmarca en una tendencia preocupante: de las 35 conserveras que existían en Mar del Plata, solo cinco continúan activas. La liberalización comercial, junto con beneficios impositivos para productos extranjeros, ha ido desplazando la producción local. Productos como el atún, que antes se pescaban y procesaban en el país, ahora se importan desde países como Ecuador o Tailandia.
El mundo del revés
La empresa informó que dejará de producir en Argentina y se enfocará en la importación de conservas terminadas, ya sea bajo su propia marca o en asociación con proveedores internacionales.
Crisis extendida
La situación crítica no se limita a Mar del Plata. En Río Negro, la planta Río Salado también bajó sus persianas, y los trabajadores despedidos aún no han recibido las indemnizaciones, que la empresa supedita a la futura venta de una propiedad. Esta doble crisis pone en evidencia la gravedad del momento que atraviesa la industria pesquera en todo el país. (InfoGEI)Jd