Comunicación: la batalla más brava

En una columna publicada en el sitio especializado “Esfera Comunicacional”, el periodista y escritor, Luis Lázzaro, insta a recuperar el debate sobre la comunicación desde el campo popular, no como una táctica electoral sino como una estrategia política de fondo. “La distribución de la palabra es tan crucial como la del ingreso, y sin disputar ese territorio, no habrá posibilidad de revertir la catástrofe social que profundiza el gobierno actual”, señala el autor.

La Plata, 15 Ago (Por InfoGEI).-Es hora de que los espacios de representación del campo popular pongan en agenda y empiecen a hablar de la batalla cultural y comunicacional para hacer lugar al proyecto político que ponga límites a la catástrofe social y económica de la Argentina de Milei y que haga posible una distribución de la palabra para fortalecer la democracia.

En su artículo, Luis Lázzaro sostiene que el campo popular debe priorizar y poner en agenda la comunicación y la batalla cultural como condición indispensable para disputar el poder simbólico, político y económico en la Argentina actual, marcada por el avance del gobierno de Javier Milei. El autor parte de una afirmación del ministro de Economía, Luis Caputo, quien en un acto de la Fundación Faro, influenciada por Agustín Laje, señaló que la “batalla cultural” es más difícil que la económica.

Según Lázzaro, esta declaración no es casual: revela que el oficialismo entiende que el éxito de su modelo político se sostiene tanto en sus políticas económicas como en la construcción simbólica que legitima el ajuste, el odio al peronismo y el retroceso de derechos.

El gobierno libertario no delega la comunicación en técnicos ni agencias: el propio Milei, Caputo y sus referentes lideran el discurso y controlan los medios aliados, redes, recursos y mecanismos regulatorios. La derecha no solo comunica, sino que hace política desde y con la comunicación.

En ese contexto, Lázzaro critica la pasividad del campo nacional y popular, que, tras la ofensiva del Grupo Clarín y la derrota del proceso iniciado con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (2009), ha evitado debatir seriamente una política de comunicación integral.

Crítica al progresismo

La crítica principal es que, salvo excepciones, el progresismo ha abandonado el terreno de disputa simbólica. Recurre a eslóganes vacíos y desconectados de las mayorías, no articula a comunicadores, medios alternativos o militantes, y subestima la importancia de construir una estrategia comunicacional propia. Lázzaro recuerda que hubo una oportunidad histórica —la ley de medios de 2009— que no logró consolidarse por falta de continuidad y decisión política.

El proceso de concentración convergente

El autor también señala con preocupación el proceso de concentración convergente entre Clarín, Telecom y Telefónica, que crea un megaconsorcio que vulnera la competencia y otorga a una sola empresa poder de mercado, control de precios, infraestructura y, sobre todo, un dominio simbólico que condiciona la cultura, la democracia y el acceso a la información.

Nuevo capitalismo de plataformas

Por último, Lázzaro advierte sobre el nuevo capitalismo de plataformas, donde el colonialismo de datos convierte a la información personal en un activo económico y en una forma de dominación. En ese escenario global —ya en debate en EE.UU. y Europa—, Argentina carece de una política propia de soberanía digital y de defensa de sus ciudadanos. (InfoGEI)Ac