El índice de confianza de los productores agropecuarios experimentó un marcado descenso en enero de 2025, bajando de 149 en noviembre de 2024 (su máximo histórico) a 117, lo que equivale a una reducción del 21,5%. Esta disminución es la más significativa desde julio de 2019, cuando tras las PASO de ese año, el índice se desplomó un 46% (de 137 a 74).
La Plata, 21 Feb (Por InfoGEI).-A pesar de esta caída, el Ag Barometer sigue por encima del umbral de 100, lo que indica que el optimismo prevalece. Esto se debe principalmente al Índice de Expectativas Futuras, que se mantiene en 140, compensando la visión negativa reflejada en el Índice de la Situación Actual, que se ubicó en 80.
Durante enero de 2025, ambos subíndices sufrieron un deterioro, con una disminución más pronunciada en el Índice de Condiciones Presentes (-33%) en comparación con la baja del 17% en el Índice de Expectativas Futuras. Como resultado, la brecha entre la percepción del presente y el futuro se amplió nuevamente, alcanzando un 42%, frente al 29% registrado en noviembre de 2024.
En cuanto al Índice de Condiciones Presentes, se observó una disminución en ambos componentes, destacándose la fuerte caída en las decisiones de inversión en activos fijos, que pasaron de 111 a 65, lo que representa una reducción del 41%. En este sentido, un 67% de los productores considera que no es un buen momento para invertir, en comparación con el 44% que opinaba lo mismo en noviembre de 2024.
Caída de las inversiones
Este descenso en las inversiones impacta tanto en la demanda agregada a corto plazo como en la productividad a mediano y largo plazo. Se atribuye principalmente a la caída en la situación financiera actual de los productores, que bajó de 129 en noviembre de 2024 a 98 en enero de 2025, y a la expectativa de una situación financiera menos favorable para los próximos 12 meses, con un índice que pasó de 139 a 92 en el mismo período.
El deterioro en los indicadores se debe en gran medida a la reducción en la rentabilidad de la producción agrícola, originada en la disminución de ingresos por menores rendimientos y precios, combinada con el aumento de costos. Esto ha generado una relación insumo-producto desfavorable para la campaña 2024/25 en comparación con la campaña anterior.
Caída en la rentabilidad global
Cabe señalar que esta caída en la rentabilidad no es exclusiva de Argentina, sino que también afecta a los principales productores como Brasil y EE.UU., donde los márgenes de ganancia se vuelven negativos al considerar los costos de arrendamiento o el costo de oportunidad de los terrenos propios.
Sin embargo, una diferencia clave entre Argentina y estos países es que los productores locales enfrentan retenciones a la exportación. A pesar de la reducción parcial y temporal implementada el 27 de enero de 2025, en un contexto de bajos precios y costos crecientes, la carga impositiva sigue siendo un desafío para la viabilidad de las empresas del sector.
Baja expectativa por baja de retenciones
Hasta antes del anuncio del 27 de enero, solo el 19% de los productores esperaba una reducción en las retenciones antes de la cosecha. Tras la medida, un 45% considera acelerar las ventas o la fijación de precios de la soja, con un 68% vendiendo el stock de la campaña 2023/24 y un 32% anticipando ventas de la producción 2024/25.
En cuanto a la reciente cesación de pagos de empresas como Los Grobo, Agrofina y Red Surcos, el 79% de los productores cree que no afecta al sector en general y lo atribuye a problemas de gestión empresarial. Sin embargo, un 14% advierte que podría afectar la reputación del sector y endurecer las condiciones de financiamiento.
Financiación de la campaña 2024/25
Respecto a la financiación de la campaña 2024/25, un 54% de los productores utilizó fondos propios, mientras que un 53% de quienes recurrieron a financiamiento optó por créditos de proveedores de insumos con planes de canje. Solo el 19% accedió a créditos bancarios, debido a las altas tasas de interés en términos reales.
En promedio, los productores necesitarán destinar un 62,5% de su producción para cubrir los costos de siembra y cosecha, y un 63,5% en el caso del maíz. Esto deja márgenes mínimos o nulos si deben afrontar arrendamientos o imputar el costo de oportunidad de sus tierras.
Uso de insumos biológicos
Por otro lado, la encuesta reveló que un 61% de los productores usa insumos biológicos en su producción, una categoría en crecimiento. Los más utilizados son los inoculantes para el tratamiento de semillas (89%), seguidos por bioestimulantes (33%), biofertilizantes (28%), biofungicidas (13%) y biopesticidas (12%).
Entre los motivos para emplear estos insumos, el 56% busca aumentar los rendimientos y un 22% mejorar la sustentabilidad ambiental. En contraste, quienes no los usan citan el costo (25%), la falta de claridad en su propuesta de valor (22%) y el desconocimiento sobre su uso (21%) como principales razones. (InfoGEI)Jd